Sin embargo, mi obligación de no aburrir al lector con textos infumables me ha llevado a comentar un único aspecto, la pésima situación laboral en la que se encuentran los profesionales de la información. Cito textualmente: “Diferentes estudios afirman que el 40% de los periodistas españoles trabaja en condiciones precarias: muchas horas, bajos salarios, inestabilidad laboral”.
Estoy preocupada, lo reconozco, pero también decepcionada, disgustada, cabreada. Iba a 4º de ESO cuando decidí que quería ser periodista, y ya entonces escuché las diferentes asociaciones que se utilizan para describir tan interesante profesión: periodistas, paro, bajos sueldos, precariedad laboral. Hoy, siete años después, me sorprendo al comprobar que la situación no ha mejorado, cambia, pero siempre a peor. ¿Qué está pasando?
La respuesta es muy sencilla, nos hemos hecho tan mansos, que ya no nos importan nuestras condiciones de trabajo. Sólo queremos un contrato y la posibilidad de llegar a fin de mes (aunque sea pidiendo dinero prestado).
40.000 alumnos, más de 5.000 licenciados al año, ciudadanos periodistas, cantantes periodistas, deportistas periodistas. Sinceramente, no estamos en condiciones de poder exigir nada. ¿La mejor opción? Me parece que es bajar la mirada y asentar con la cabeza.
Periodistas, estamos en crisis.

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